“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”
— Romanos 6:23
“Destruirá a la muerte para siempre; enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho”
— Isaías 25:8
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí”
— Juan 14:1
“Entonces el rey se turbó, subió a la sala de la puerta, lloró; yendo, decía así: ¡Hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera que muriera yo en lugar de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío”
— 2 Samuel 18:33
“Él sana a los quebrantados de corazónY venda sus heridas”
— Salmos 147:3
“Tú encenderás mi lámparaJehová mi Dios alumbrará mis tinieblas”
— Salmos 18:28
“Entonces levantándose David, rasgó sus vestidos, se echó en tierra, todos sus criados que estaban junto a él también rasgaron sus vestidos”
— 2 Samuel 13:31
“Despreciado desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, no lo estimamos”
— Isaías 53:3
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”
— Juan 16:33
“Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación”
— Mateo 5:4
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, huirá de vosotros”
— Santiago 4:7
“Lloraron los hijos de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta días; así se cumplieron los días del lloro del luto de Moisés”
— Deuteronomio 34:8
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable perfecta”
— Romanos 12:2
“Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis”
— Lucas 6:21
“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”
— Juan 11:25
“No haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová”
— Levítico 19:28
“También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, se gozará vuestro corazón, nadie os quitará vuestro gozo”
— Juan 16:22
“Amados, ahora somos hijos de Dios, aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”
— 1 Juan 3:2
“Porque este Dios es Dios nuestro eternamente para siempreÉl nos guiará aun más allá de la muerte”
— Salmos 48:14
“Porque si creemos que Jesús murió resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él”
— 1 Tesalonicenses 4:14
“Cercano está Jehová a los quebrantados de corazónY salva a los contritos de espíritu”
— Salmos 34:18
“Pues si vivimos, para el Señor vivimos; si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos”
— Romanos 14:8
“Jehová, roca mía castillo mío, mi libertadorDios mío, fortaleza mía, en él confiaréMi escudo, la fuerza de mi salvación, mi alto refugio”
— Salmos 18:2
“Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños”
— Mateo 18:14
“Al entrar Jesús en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas, la gente que hacía alboroto”
— Mateo 9:23
“Porque para mí el vivir es Cristo, el morir es ganancia”
— Filipenses 1:21
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”
— Isaías 41:10
“Esforzaos cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará”
— Deuteronomio 31:6
“Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado a causa del pecado, condenó al pecado en la carne”
— Romanos 8:3
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza”
— 1 Tesalonicenses 4:13
“Dios es nuestro amparo fortalezaNuestro pronto auxilio en las tribulaciones”
— Salmos 46:1
“Ella es mi consuelo en mi aflicciónPorque tu dicho me ha vivificado”
— Salmos 119:50
“Estimada es a los ojos de JehováLa muerte de sus santos”
— Salmos 116:15
“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”
— 1 Pedro 5:7
“El postrer enemigo que será destruido es la muerte”
— 1 Corintios 15:26
“Mis huidas tú has contadoPon mis lágrimas en tu redoma¿No están ellas en tu libro?”
— Salmos 56:8
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”
— Juan 14:27
“Oyendo el pueblo esta mala noticia, vistieron luto, ninguno se puso sus atavíos”
— Éxodo 33:4
“A proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados”
— Isaías 61:2
“Pero fiel es el Señor, que os afirmará guardará del mal”
— 2 Tesalonicenses 3:3
“Lloraron lamentaron ayunaron hasta la noche, por Saúl por Jonatán su hijo, por el pueblo de Jehová por la casa de Israel, porque habían caído a filo de espada”
— 2 Samuel 1:12
“El Dios de esperanza os llene de todo gozo paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo”
— Romanos 15:13
“Envió Joab a Tecoa, tomó de allá una mujer astuta, le dijo: Yo te ruego que finjas estar de duelo, te vistas ropas de luto, no te unjas con óleo, sino preséntate como una mujer que desde mucho tiempo está de duelo por algún muerto”
— 2 Samuel 14:2
“Bendito sea el Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias Dios de toda consolación”
— 2 Corintios 1:3
“Viendo toda la congregación que Aarón había muerto, le hicieron duelo por treinta días todas las familias de Israel”
— Números 20:29
“Voz fue oída en RamáGrande lamentación, lloro gemidoRaquel que llora a sus hijosY no quiso ser consolada, porque perecieron”
— Mateo 2:18
“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; por cuya herida fuisteis sanados”
— 1 Pedro 2:24
“Mira que te mando que te esfuerces seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”
— Josué 1:9
“Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte”
— 2 Corintios 7:10
“El corazón de los sabios está en la casa del luto; mas el corazón de los insensatos, en la casa en que hay alegría”
— Eclesiastés 7:4
“Entonces David la gente que con él estaba alzaron su voz lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar”
— 1 Samuel 30:4
“Entonces Job se levantó, rasgó su manto, rasuró su cabeza, se postró en tierra adoró”
— Job 1:20
“No contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”
— Efesios 4:30
“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”
— Romanos 8:18
“Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”
— Apocalipsis 14:13
“Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”
— Romanos 8:28
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan”
— Apocalipsis 1:1
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”
— Juan 3:16
“Mi carne mi corazón desfallecenMas la roca de mi corazón mi porción es Dios para siempre”
— Salmos 73:26
“¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?”
— 1 Corintios 15:55
“Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligidoNi de él escondió su rostroSino que cuando clamó a él, le oyó”
— Salmos 22:24
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”
— Hebreos 11:1
“Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran”
— Romanos 12:15
“Pero la salvación de los justos es de Jehováél es su fortaleza en el tiempo de la angustia”
— Salmos 37:39
“Reprime el suspirar, no hagas luto de mortuorios; ata tu turbante sobre ti, pon tus zapatos en tus pies, no te cubras con rebozo, ni comas pan de enlutados”
— Ezequiel 24:17
“Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, no se cansarán; caminarán, no se fatigarán”
— Isaías 40:31
“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”
— Romanos 10:9
“Echa sobre Jehová tu carga, él te sustentaráNo dejará para siempre caído al justo”
— Salmos 55:22
“Hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, hicieron gran llanto sobre él”
— Hechos 8:2
“Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”
— Lucas 23:43
“Ciertamente volverán los redimidos de Jehová; volverán a Sion cantando, gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo alegría, el dolor el gemido huirán”
— Isaías 51:11
“Jesús lloró”
— Juan 11:35
“Jehová será refugio del pobreRefugio para el tiempo de angustia”
— Salmos 9:9
“Pero confiamos, más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, presentes al Señor”
— 2 Corintios 5:8
“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”
— Apocalipsis 21:4
“Si me fuere os preparare lugar, vendré otra vez, os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”
— Juan 14:3
“Murió Sara en Quiriat-arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán; vino Abraham a hacer duelo por Sara, a llorarla”
— Génesis 23:2
“Porque un momento será su iraPero su favor dura toda la vidaPor la noche durará el lloroY a la mañana vendrá la alegría”
— Salmos 30:5
“Aunque ande en valle de sombra de muerteNo temeré mal alguno, porque tú estarás conmigoTu vara tu cayado me infundirán aliento”
— Salmos 23:4